La conexión entre las emociones y la creatividad en el trabajo
Business Review (Núm. 159) · Habilidades directivas · Junio 2007
Tener ideas originales para cambiar los productos, servicios y procesos ha sido proclamado como la clave para lograr una ventaja económica duradera y, en consecuencia, las respuestas creativas por parte de los empleados a todos los niveles de una organización han adquirido un gran protagonismo en los debates sobre la innovación. No obstante, ¿cómo se puede fomentar y mantener de forma activa la creatividad en el lugar de trabajo?
En su teoría evolutiva sobre el pensamiento creativo, Dean Simonton, de la University of California, propuso un proceso de variación y retención selectiva que es de gran utilidad a la hora de analizar el pensamiento creativo en el lugar de trabajo. Basándose en el supuesto de que la novedad es la característica distintiva del trabajo creativo, Simonton centró su teoría en la variación, sugiriendo que ésta no tiene por qué producirse (y por lo general no lo hace) al azar. Está más bien dirigida por la existencia de elementos de conocimiento que están disponibles para ser combinados en nuevas variaciones en la mente del creador, dependiendo de en qué medida la mente del creador considera esos elementos relevantes para el problema en cuestión y de procesos heurísticos para combinar tales elementos.
Un constructo central de su teoría es que la probabilidad de la novedad varía con el número de elementos cognitivos disponibles para ser asociados y con la amplitud de tales elementos que se consideran relevantes para el problema. Otros teóricos de la creatividad también han hecho hincapié en la importancia y la amplitud de los elementos cognitivos. Estos dos aspectos de la cognición deberían contribuir a una mayor variación en las posibilidades de ideas, incrementando el número de posibilidades inusuales entre las que se pueda elegir en el proceso de selección.
Según Simonton, la selección inicial de ideas tiene lugar en la mente del individuo creador a través de un proceso de evaluación frente a los criterios relevantes de utilidad o idoneidad, así como frente a los criterios de novedad. Una vez que una idea ha sido seleccionada por el creador, desarrollada y comunicada, hay por lo general un segundo proceso de selección por parte de los individuos relevantes de un grupo social o comunidad intelectual. Por consiguiente, debido a que la creatividad depende en gran medida de la novedad y debido a que la novedad es en gran medida una función de la variación cognitiva, cualquier cosa dentro del campo de...
Teresa Amabile
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Titular de la cátedra Edsel Bryant Ford de Administración de Empresas y directora de investigación en la Harvard Business School.
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TP