La era de las personas

Hace poco leía el informe sobre las profesiones emergentes en España según una prestigiosa consultoría multinacional. Localizaba el crecimiento de empleo en las grandes capitales españolas (Madrid y Barcelona) y ordenaba de mayor a menor porcentaje de crecimiento las profesiones que en la actualidad están en mayor auge. Conceptos como “inteligencia artificial” (máximo crecimiento en la demanda anual, más de un 70% respecto a 2019), “customer success” (casi un 70% de crecimiento respecto a 2019), “robótica”, “ciberseguridad”, “agile coach”, “ingeniero cloud”, “Big Data” o “Python” se cuelan en los títulos de perfiles profesionales más demandados.

Algo parece estar claro: las necesidades del mercado a nivel de áreas de conocimiento cada vez van más hacia el mundo digital y su seguridad, su gestión de datos, su programación, etc., y hacia la sustitución del ser humano en algunos de los trabajos considerados rutinarios y manuales.

Sin embargo, la nueva versión del ser humano de este siglo, o por lo menos de esta nueva década que comienza, requerirá competencias más allá de las técnicas, que tendrán que ver con aquellas capacidades que ayudan a las personas a estar más cerca, unidas, comprometidas, y a adaptarse a los contextos de incertidumbre. En mi opinión, las habilidades emocionales cobrarán especial relevancia, ya que impactan altamente en el rendimiento y nos unen en un entorno en el que cada vez, físicamente, estamos más lejos que en el pasado (sin ir más lejos, en 2019). La flexibilidad, la capacidad de influir, de entender las necesidades del otro, o de gestionar el cambio, serán vitales para el futuro y nuestra supervivencia y éxito en él. Es el momento de las personas, de diferenciarnos de las máquinas y entender nuestra importancia con la suya.

No olvidemos que la tecnología nos ayudará en nuestras metas, pero las personas las haremos realidad.