La venganza del talento
El sector opina
AJ
Alfonso Jiménez
Business & Technology (Núm. 13) · Recursos humanos · Marzo 2015
Estamos viviendo momentos de gran transformación en el mundo del trabajo y la gestión de personas en nuestro país. Durante un largo período de tiempo (2008-2013) se han vivido momentos terribles para el empleo, ya que la máxima de las compañías ha sido sobrevivir, y esto se ha logrado gracias a un imprescindible ajuste de personas. Esta situación se ha traducido en la congelación de contrataciones y la congelación salarial, en el mejor de los casos, ya que, en muchos otros, ha implicado la destrucción de empleo (más de tres millones) o el ajuste a la baja de los salarios, especialmente tras la reforma del marco jurídico laboral.
En este tiempo no ha habido actividad en el mercado laboral desde la demanda, salvo en determinados sectores o puestos donde, por distintas causas, se han visto ajenos a este fenómeno. La gran mayoría de las empresas han tenido que ajustar sus negocios para asegurar su continuidad, ante la caída de los ingresos. Desde entonces apenas ha habido rotación entre los profesionales de las empresas, el miedo a la pérdida del empleo se ha incrementado, y ha hecho que prácticamente nadie se moviera voluntariamente. El mercado quedó paralizado, y la rotación voluntaria se aproximó al 0%, algo claramente insano para el conjunto.
En ese contexto, las empresas han reducido su interés por algunas prácticas de lucha por el talento, ya que su principal objetivo era ajustar la estructura de costes de personas a las nuevas condiciones de mercado. Eso ha creado un nuevo rol en muchos profesionales, el de los "desconectados emocionalmente", profesionales que hubieran rotado en un entorno de mercado normal, pero que, dadas las circunstancias, se han mantenido en sus organizaciones sin pasión; simplemente han seguido con aquel que les pagaba la nómina. El nivel de pérdida de ilusión, de miedo a la pérdida de empleo, de hacer lo menos posible para evitar el error, etc. ha reforzado este nivel de desenganche.
A finales de 2013, el mercado empezó a repuntar. Era tal el ajuste de cinturón que muchas empresas no solo vieron envejecer sus plantillas en seis años, sino que, además, estaban sin equipos suficientes para cubrir las salidas por jubilación. Entonces empezó a moverse el mercado, y desde finales de 2013 se ha mantenido esta tendencia hasta la actualidad. Los principales beneficiarios de este cambio han sido las nuevas generaciones, millennials, que se incorporan ahora al mercado tras la crisis. Es interesan...
Alfonso Jiménez
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Socio director de PeopleMatters