Los cambios en el mercado laboral: ¿han venido para quedarse?

Tras dos años de pandemia, la economía y el mercado laboral empiezan a tomar un respiro. El pasado año 2021 acabó con cifras positivas: 615.900 parados menos y una tasa de paro del 13,33%. Se espera que esto sea el punto de partida para una recuperación sostenida en 2022, aunque todavía hay muchas incertidumbres en el horizonte. Algunas de ellas están en nuestro “tejado”, como la capacidad de maximizar los fondos Next Generation, de qué forma se transfieren al modelo productivo (reindustrialización, economía verde, transformación digital), cómo se materializan en la generación de nuevos empleos o el impacto que la inflación pueda tener en variables como el consumo, la inversión o las exportaciones. Pero también hay incertidumbres externas, como las problemáticas de abastecimiento de materias primas, el incremento de los precios de la energía o la evolución de la pandemia.

Los cambios que el mundo laboral está viviendo por la irrupción de la tecnología, y los nuevos modelos de negocio que esta facilita, se han visto acelerados por el impacto de la pandemia, la escasez de talento y la alteración en las prioridades de los trabajadores. Esta situación obliga a las organizaciones a adaptarse a las nuevas demandas de sus empleados y prepararse para afrontar un 2022 con un mercado laboral más vivo que nunca.

La gestión de los cambios constantes y la creciente incertidumbre plantean numerosos retos a las empresas. En este escenario de transformación y nuevas modelos de gestión, las organizaciones intentan hacer frente a los problemas que están surgiendo, aprovechando los beneficios que ofrece la tecnología para dar respuesta a estos desafíos.

La pandemia transformó por completo las dinámicas de trabajo en las empresas, que aspiran a desarrollar un modelo de futuro apoyado en la flexibilidad y la tecnología.

Según la OCDE, más de mil millones de puestos de trabajo serán transformados por la tecnología en la próxima década. Es necesario formarse en determinadas competencias para adaptarse a la digitalización. Según estudios recientes, un tercio de nuestras competencias quedan obsoletas cada tres años, por lo que es necesario construir modelos que nos permitan actualizarnos permanentemente. Y se estima que la mitad de las personas que hoy estamos en activo necesitaremos volver a capacitarnos en los próximos cinco años. Es necesaria la transformación digital, lo que conlleva una apuesta por la formación, por el upskilling y el reskilling.  En ese sentido, el Grupo Adecco está comprometido a volver a capacitar a cinco millones de personas para 2030.

El otro gran cambio es el interés por el trabajo híbrido y todo lo que tiene que ver con la flexibilidad y la conciliación, que está estrechamente relacionado con la salud mental, el bienestar de los trabajadores y el temido burnout.

Además de cambiar la forma en que trabajamos y vivimos, la COVID-19 ha empoderado a los empleados, que esperan ciertas mejoras de las empresas, como la opción de teletrabajar y un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Los trabajadores reclaman más flexibilidad. Según el estudio Resetting Normal, seis de cada diez españoles quieren trabajar de manera híbrida y piden ser evaluados por sus resultados, y no por las horas de trabajo.

Sin embargo, implementar modelos de trabajo híbridos y jornadas laborales reducidas implica grandes desafíos, como la pérdida de productividad, la reducción de salarios, las dudas sobre los costes, el riesgo de que se incrementen las desigualdades, etc.

En estos dos últimos años nos hemos dado cuenta asimismo de la importancia del cuidado de las personas, no solo desde el ámbito de la salud física, sino también desde la parte emocional. La pandemia ha aumentado las enfermedades y síndromes en el ámbito laboral. Estar agotado mentalmente, emocionalmente, incluso físicamente, la desmotivación, no desconectar del trabajo, sufrir ansiedad y estrés... Según el estudio anteriormente citado, cuatro de cada diez españoles han sufrido burnout en 2021, y piden a las empresas que apliquen medidas para garantizar la salud mental. Unos problemas que son propios del actual mundo laboral y la era digital y que se han de gestionar adecuadamente por las empresas.

Todavía es pronto para abordar las consecuencias que nos ha dejado la pandemia, pero sí hay algunos cambios relacionados con el trabajo, con reinventar el modo en que trabajamos, y una constatación por parte de millones de personas: otra vida laboral centrada en la salud física y mental es posible.

Cómo serán los empleos en unos años, hacia dónde evolucionarán las relaciones laborales, qué modelos de trabajo queremos en este nuevo entorno digital… Estamos en un punto de inflexión en el mundo del empleo. Con las políticas adecuadas, impulsando la productividad, fomentando la conciliación entre el trabajo y la vida personal, debemos construir y hacer posible un empleo mejor para todos, dentro de un marco de creciente flexibilidad y digitalización, que nos lleve a organizaciones más competitivas y resilientes. Necesitamos apostar por una transformación inclusiva, sostenible y rentable.