Nuevas herramientas tecnológicas para la protección de la propiedad intelectual
Business Review (Núm. 192) · TIC · Julio 2010
La palabra falsificadores trae a la mente de forma inmediata determinadas imágenes: fábricas chinas produciendo vagas imitaciones de los bolsos de Yves Saint Laurent, misteriosos hombres falsificando pasaportes en oscuras trastiendas, técnicos de Corea del Norte tramando desestabilizar la economía de Estados Unidos con maletas llenas de billetes falsos de 500 dólares, etc. Sin embargo, la piratería va mucho más allá de lo que es obvio y malévolo, hasta productos que nunca imaginaría que serían víctimas de ella componentes B2B o productos de consumo de alta costura. Si su marca tiene algún valor, seguramente alguien intentará robarla.
En juego hay mucho más que los beneficios. La falsificación de marcas de fármacos pone en peligro la salud de las personas en todo el mundo, y se calcula que cada año fallecen 700.000 personas como consecuencia de fármacos falsos utilizados en el tratamiento de la tuberculosis y la malaria. En Panamá, 115 personas fallecieron tras tomar una medicina para el resfriado que contenía un ingrediente fundamental en los anticongelantes. En Nigeria, murieron ochenta y cuatro niños tras tomar un jarabe para la dentición contaminado. Y en Estados Unidos, donde se considera que el suministro de medicamentos es seguro, las autoridades han descubierto alijos de una gran variedad de fármacos falsos que se venden con receta médica, entre ellos Viagra, Lipitor y Tamiflu.
Y aún da más miedo. Los inspectores han encontrado piezas falsificadas en reactores nucleares, en aviones comerciales y en los autobuses, taxis y vagones del metro de Nueva York. En 2008, la Asociación de la Industria Aeroespacial hizo saltar la señal de alarma, exigiendo estándares con el fin de evitar que las piezas de repuesto falsas acaben en el espacio y en los sistemas de defensa.
En resumen, la falsificación es un grave problema para la sociedad, así como para las compañías legítimas, que pierden cada año cientos de miles de millones de dólares en ventas. No existen estadísticas fiables sobre este negocio ilegal. No obstante, el Counterfeiting Intelligence Bureau de la Cámara de Comercio Internacional calcula que las imitaciones representan entre el 5% y el 7% del comercio internacional, o en torno a 600.000 millones de dólares al año. A pesar de que algunos observadores ponen en entredicho este cálculo, resulta difícil discutir con la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense, que afirma que se incautó de más de 2...
Artículos relacionados
La empresa y la 'Web 2.0'
ED