“No se puede transformar la cultura organizativa sin que el líder lleve a cabo un ‘viaje’ personal”
Punto de Vista: Sergio Gordillo - Socio-Director en Improven
Punto de Vista
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Harvard Deusto
Business Review (Núm. 338) · Estrategia · Noviembre 2023
Acompañar a los directivos y a sus equipos en la mejora de los resultados y de la competitividad de sus organizaciones, a menudo, redefiniendo u optimizando su estrategia, es uno de los principales cometidos de Improven, una consultora de negocio con más de veinte años de actividad. Su socio-director, Sergio Gordillo, nos pone sobre la pista de algunas de las tendencias del mercado en que se mueven las heterogéneas empresas a las que apoya.
¿A qué sectores pertenecen sus clientes y cuál es el tipo de asesoramiento que más demandan?
Principalmente, son empresas industriales de tamaño medio que pertenecen a los sectores agroalimentario, del hábitat y al químico, desde el sector primario hasta el retail, así como a empresas de servicios en general. En cuanto al asesoramiento más demandado, tiene que ver con la definición del mapa estratégico de la compañía, con la transformación cultural y la gestión del talento. También, con la necesidad de ir ajustando los procesos de negocio y con la implantación de herramientas tecnológicas para hacerlos más eficientes. En este sentido, trabajamos en el ajuste permanente de la cadena de suministro, debido a las altas variaciones que existen.
Uno de los servicios específicos de Improven es ayudar a las empresas a superar las crisis y a salir reforzadas en el mercado. ¿Existe algún patrón común que deba seguir un negocio como primer paso para abordar una situación de crisis?
El primer paso es ser consciente lo antes posible de la gravedad de la misma. Las personas, muchas veces, negamos la realidad por el impacto que tiene en las decisiones que debemos tomar. También se pierde tiempo consensuando estas decisiones. Así que el patrón común que se repite es justamente este, la pérdida de tiempo por no ser conscientes de la crisis y del plan de acción a desplegar. En todo caso, cuando una empresa pasa por una situación complicada, hay que desarrollar un plan de viabilidad y tomar decisiones que, a corto plazo, te permitan sobrevivir, pero sin que estas afecten a las medidas a tomar a largo plazo.
¿Qué sectores cuentan con mayores dificultades en la actualidad y cuáles, por el contrario, se encuentran en una etapa más “dulce”?
Las empresas con mayores dificultades son las de consumo de producto no perecedero, como el hábitat, el hogar y el textil, así como las de productos de bienes de equipo, como la automoción. Son artículos que pueden tener una vida útil más larga y no necesitan renovarse. Además, en el sector del hábitat, venimos de una etapa “dulce” debido a la pandemia, que provocó que se adelantase la demanda.
En cuanto al ámbito de la alimentación, ¿en qué aspectos de la evolución de la demanda se deben fijar las empresas para evitar futuros problemas?
El de la alimentación es un sector mucho más estable. Eso sí, sufrirán las empresas “marquistas”, puesto que ya estamos en cifras récord de facturación de la marca blanca. Además, nos encontramos en un entorno de reducción de la renta disponible de las familias, de modo que la cesta de la compra será más básica. El hecho de que las familias tengan menos poder adquisitivo implica que compren productos de menos valor económico y que, por tanto, exista menos margen empresarial.
En su organización también asesoran a compañías del sector del mueble, de la cerámica o del habitaje. ¿Qué caracteriza a este mercado en la actualidad y hacia dónde puede evolucionar en un futuro inmediato?
La compra de viviendas se ha reducido, algo que ya se intuía desde hace más de un año porque bajó la demanda, por ejemplo, del sector cerámico. Además, los altos precios de la energía, sumados al incremento de los precios de las materias primas y de los tipos de interés, impactan directamente en los márgenes. Y, ahora, la reducción de la demanda conlleva la necesidad de ajustar las capacidades productivas y las estructuras.
Entre las misiones de su consultora está fomentar el desarrollo organizacional, generando una cultura corporativa de éxito. De hecho, en Improven llevan a cabo planes de lo que denominan “transformación cultural” de las organizaciones. ¿Qué papel deben jugar los directivos en esta transformación?
Los directivos han de tener en cuenta que las buenas decisiones se construyen con buenas conversaciones, y eso requiere saber escuchar y compartir conocimiento, además de una visión holística y transversal. El autoliderazgo y la inteligencia emocional son la base de este proceso, y, a partir de aquí, conviene potenciar las soft skills. Todo en un contexto económico en el que la escasez de talento puede provocar la ralentización del crecimiento de las empresas españolas.
Para crear una cultura corporativa de éxito, desde su consultora insisten en que es necesario que exista un liderazgo interno que ponga el foco en la gestión de los equipos y de los resultados. Para ello, instan a valerse de ayudas como el coaching o el desarrollo directivo. ¿Qué pueden aportar estas disciplinas a la creación de una cultura corporativa exitosa?
Una persona sola no puede dar respuesta a todos los retos empresariales, y necesita que exista un equipo coordinado hacia un propósito compartido. Esto supone contar con un marco relacional diferente, menos autárquico, menos vertical, menos jerarquizado, mucho más líquido y transversal. Todo ello podemos enmarcarlo dentro de un liderazgo más humanista. Y, sin duda, el coaching ayuda a recorrer este camino, desde el autoconocimiento, hasta mejorar el entendimiento de los demás.
¿Cuál es el principal error que cometen los directivos cuando tratan de crear una buena cultura organizativa en su negocio?
No “liderarse” a uno mismo. El viaje de la transformación empresarial empieza en el máximo responsable de la organización. Es decir, no puedes transformar la cultura organizativa si tú no llevas a cabo también un viaje personal. No puedes exigir a los demás lo que tú no haces. En definitiva, el máximo responsable debe ser coherente con los nuevos comportamientos.
Por último, ¿hacia dónde prevé que evolucionará la consultoría empresarial estratégica en un futuro inmediato?
La clave es la evolución hacia un mayor humanismo. Los clientes buscan a un compañero de viaje, alguien que de verdad les ayude a levantar la cabeza en todo su contexto de trabajo y les acompañe a determinar un nuevo marco de actuación. En este sentido, hace falta ser ambiciosos para trazar un camino sin línea de meta e ir juntos superando los retos que se vayan presentando.