¿Sigues contratando a humanos?

En noviembre de 2013, durante una charla en la Dulwich Picture Gallery, Stuart Russell, científico y autor del libro Human Compatible, provocó a un público mayormente erudito enumerando cinco eventos que podrían redefinir el futuro de la humanidad: una catástrofe global capaz de extinguirnos, la posibilidad de vivir eternamente gracias a grandes avances médicos, viajar más rápido que la luz para conquistar el universo, ser visitados por una civilización alienígena avanzada y la creación de una superinteligencia artificial (IA).

De estos, destacó la IA como el evento más disruptivo y probable, el gran catalizador, fenómeno similar en impacto a los restantes con una diferencia: sobre la IA tenemos algo, quizá (y este “quizá” es nuestro), de control.

¿Y si el advenimiento exitoso de la IA es el evento más significativo en la historia de la humanidad? ¿Es el último evento humano?

Pongamos el reto existencial en pausa y volvamos al verano de 2024. Mientras la humanidad discute acaloradamente sobre el acaparamiento laboral por parte del recién nacido ChatGPT, las tecnológicas hemos optado por una táctica menos melodramática y mucho más pragmática. Si la IA está destinada a usurpar empleos, al menos debería liberarnos de las tareas desesperadamente burocráticas.

Así, en Trioteca invitamos a nuestra IA, a la que cariñosamente llamamos Mar IA, no solo a redefinir el mercado hipotecario, sino a mantener intacta nuestra humanidad mientras asume el tedio de los trámites. Desde su integración en 2022, Mar IA ha sido más que una herramienta de eficiencia. Optimiza, reinventa la interacción con clientes y amplifica nuestras cualidades. Nuestra IA crea, imagina y a veces nos saca de quicio, no porque cometa errores, sino por su inusitada capacidad de mostrarnos cómo los cometemos nosotros.

Más que un agente virtual, Mar IA predice necesidades y adopta soluciones en tiempo real, ofreciendo un servicio personalizado que ha superado toda expectativa, prediciendo con agilidad las tendencias en el mercado hipotecario. Debemos aprender a confiar en la IA más allá de fríos datos, dándole la potestad de entender los matices humanos y emocionales, permitiéndonos ofrecer soluciones personalizadas. Su impacto va más allá de la eficiencia; nos mejora como personas.

Entonces, ¿por qué seguir contratando a humanos? La genialidad detrás de cada gran inteligencia recae en nosotros, responsables de diseñar algoritmos y prompts, entender datos, optimizar el aprendizaje automático, manejar la ética, garantizar la seguridad y aportar la creatividad y el juicio humano que la máquina (“quizá”) no puede replicar.