Tomar mejores decisiones con el tiempo

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Phil Rosenzweig

Business Review (Núm. 239) · Estrategia

Los directivos toman una amplia gama de decisiones, desde hacer llamadas rutinarias hasta enfrentarse a decisiones estratégicas a gran escala a las que puede que solo se enfrenten una vez en sus carreras. Para los problemas que se repiten a menudo, la técnica de la "práctica deliberada" (que implica acción, retroalimentación, modificación y, de nuevo, acción) supone un recurso idóneo para mejorar el rendimiento. La técnica funciona cuando la decisión forma parte de una secuencia en la que la retroalimentación de una parte puede mejorar la siguiente. Sin embargo, no todas las decisiones funcionan de esta manera. Y ser conscientes de ello resulta crucial.

Para ver el funcionamiento de la "práctica deliberada", podemos empezar por analizar una actividad que tan solo lleva unos segundos: lanzar un tiro libre en baloncesto. Los tiros libres son una buena muestra de la habilidad que se tiene lanzando a canasta. La tarea es la misma para todos: lanzar una pelota de 23,5 centímetros de diámetro a través de un aro de 45,7 centímetros de diámetro, colocado a 3,05 metros del suelo, desde una distancia de 4,60 metros. No se trata de enhebrar una aguja, pero también es complicado. No hay demasiado margen para el error. Además, al igual que al golpear una pelota de golf, el rendimiento depende totalmente de cada uno. No se trata de predecir lo que alguien hará, somos nosotros quienes lanzaremos el balón por el aro.

Durante la temporada 2011-2012, los equipos de la NBA lanzaron un promedio de 22,5 tiros libres por partido. Los Oklahoma City Thunder encestaron un 80,6% de los tiros. Los Orlando Magic apenas consiguieron meter el 66% de los suyos. Es una diferencia enorme entre el equipo líder y el colista, pero la variación entre los jugadores individuales es aún mayor. Jamal Crawford, de los Portland Trail Blazers, lideró la liga, metiendo el 92,7% de sus tiros libres; mucho más que el jugador más valioso de la temporada, LeBron James, que consiguió el 77,1%; por no hablar de Dwight Howard, de los Magic, que metió solo el 49,1%.

Todo ello hace que te preguntes: ¿cuál es el secreto de un buen tiro libre?

Para averiguarlo, Alan Marty, un capitalista de riesgo e inventor de California (que también fue jugador de baloncesto en la universidad y entrenador), empezó a trabajar con Jerry Krause, director de Investi...