Una auditoría de TI para fomentar la innovación
Business Review (Núm. 195) · TIC · Noviembre 2010
Cualquier empresa, sea del tamaño que sea, corre el riesgo de quedarse obsoleta y perder su posición en el mercado si no tiene en cartera decenas o incluso cientos de proyectos de innovación en marcha. Sin embargo, con tantos trabajos de investigación desarrollándose al mismo tiempo resulta indispensable minimizar el riesgo de duplicar esfuerzos; controlar la asignación de recursos y asegurar que los fondos se dedican de una manera equilibrada tanto a proyectos de poco riesgo, cuyos resultados serán únicamente incrementales, como a proyectos de riesgo mucho mayor, que podrían lograr un avance realmente definitivo.
En el caso de Unilever, la fórmula utilizada se denomina Inoplan, una herramienta informática desarrollada internamente que agrega y resume la información de los distintos proyectos. Este programa aporta a la dirección de la empresa un gran control sobre los proyectos, así como una gran facilidad de supervisión. En Procter & Gamble, una de las soluciones adoptadas es un servicio basado en web denominado Innocentive, que conecta a unos 120.000 profesionales de áreas técnicas en más de 175 países.
Estos ejemplos no son casos excepcionales, pero no resultan tan frecuentes como cabría esperar. Científicos, diseñadores, ingenieros y otros especialistas en innovación están muy acostumbrados a trabajar con ordenadores para el análisis de datos y la visualización de diseños. Sin embargo, la respuesta que suelen dar a la pregunta "¿Cómo pueden ayudarle y facilitar su trabajo las TI?" es casi siempre una variación de la afirmación "Lejos de mí". Es decir, generalmente el departamento de sistemas es percibido más como un obstáculo que como una ayuda para los proyectos de innovación.
El problema es que, tradicionalmente, los sistemas de información se han concebido para estructurar procesos, conseguir objetivos predeterminados, generar medidas para ver el grado de avance y minimizar la necesidad de interacción con el ser humano. Por el contrario, la actividad de innovación es desestructurada y emergente. Exige tolerancia ante la ambigüedad y el fracaso, así como flexibilidad para redefinir los objetivos cuando surge una oportunidad o aparece algún obstácu lo. Así pues, no es de sorprender que muchos especialistas en innovación estén convencidos de que los sistemas de información suponen más un obstáculo que otra cosa y que ponen límites a su creatividad y productividad. Los responsables de sistemas se sienten ...
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