Una transformación sin precedentes
El sector opina
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Toni Roda
Management & Innovation (Núm. 47) · TIC · Julio 2022
La inteligencia artificial (IA), el Big Data y la robótica son una realidad omnipresente en nuestras vidas, aunque a veces no seamos conscientes. Google Maps nos sugiere la mejor ruta para llegar a la oficina, teniendo en cuenta las rutas óptimas y el estado del tráfico; Spotify nos propone las canciones qué más se adaptan a nuestro gusto musical, gracias a la información generada por horas y horas de reproducción de usuarios con perfiles similares al nuestro; y Amazon nos entrega el producto que necesitamos en cuestión de horas gracias a unos centros de distribución altamente robotizados y a una eficiente previsión de la demanda.
Aparte de los usos más superficiales, las tecnologías avanzadas son herramientas fundamentales en la gestión de la cadena suministro, desde la obtención de la materia prima a la producción, el transporte logístico y el suministro al punto de venta final.
En los últimos meses, la industria está haciendo frente a retos sin precedentes. A la crisis de los semiconductores se le han unido la creciente congestión portuaria, el aumento del coste de la energía y la persistencia de los efectos de la COVID-19 en todo el mundo. No hay industria que no haya sido afectada por la disrupción de la cadena de suministro, desde el retail hasta la de los alimentos y bebidas, pasando por la automotriz. La disrupción ha sido total, y la transformación de la industria es imprescindible.
Tecnologías como la IA, el análisis de Big Data y la robótica están siendo claves para ayudar a las compañías a optimizar operaciones, solucionar disfunciones de suministro, implementar soluciones sostenibles y adaptarse a los retos del futuro. Las empresas que ya habían automatizado sus procesos mediante el uso de tecnologías inteligentes han sido las que mejor han logrado adaptarse a estos tiempos turbulentos.
La nueva normalidad implica ser flexibles al cambio, adaptarse rápido a los constantes vaivenes del mercado y preparar la industria para los próximos retos. Es el momento de ponerse manos a la obra y propiciar los cambios necesarios en la cadena de suministro para que nuestra industria sea más resiliente ante las futuras disrupciones (que llegarán tarde o temprano).
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