El elemento psicológico de la motivación
HD
Harvard Deusto
Management & Innovation (Núm. 18) · Habilidades directivas · Septiembre 2015
El concepto de necesidad incluye la seguridad y la comodidad, y también lleva consigo impulsos fisiológicos y psicológicos. Hasta cierto punto, los impulsos psicológicos pueden contemplarse como algo que la gente aprende como consecuencia de crecer en un nivel o en una sociedad determinados. Piense en el caso de un piloto de carreras, tuvo que aprender que el reconocimiento proporcionaba una recompensa interesante y satisfactoria para su esfuerzo. Si el reconocimiento general de su buena actuación no le proporcionara recompensa alguna, esa persona jamás hubiera insistido hasta lograr su fin.
En otras palabras, no estaría motivado. La motivación, por consiguiente, tiene dos partes separadas pero relacionadas entre sí: los impulsos conductores (el estado de tensión que puede ser satisfecho por algo material o por alguna actividad) y las recompensas o que satisfacen o culminan esos impulsos. Otra manera de considerar los impulsos es como iniciadores o mantenedores de las fuerzas del comportamiento.
Todos los individuos, incluidos los pilotos de carreras y los profesionales de una empresa, se ven impulsados por fuerzas positivas o negativas como resultado de aprender qué factores satisfacen sus necesidades particulares y cuáles amenazan su comodidad y su seguridad. Los impulsos tienden a trabajar en absoluta conjunción con las respuestas. Si las recompensas que se ofrecen no sintonizan con los impulsos de un individuo, no obtendrán el "deseo del éxito". Si la recompensa no se ve como tal, no consigue motivar. Si existe el impulso sin que la persona tenga la oportunidad de conseguir satisfacción o recompensa, tal situación conducirá simplemente a frustración y angustia, y nunca a motivación.
Artículos relacionados
Una gran idea
TP