El rol creciente de las plataformas de bajo código en la cadena de suministro

Las plataformas low-code, o de bajo código, que permiten crear aplicaciones y soluciones tecnológicas sin necesidad de conocimientos de programación, están teniendo un impacto significativo en la gestión de las cadenas de suministro. De hecho, muchas organizaciones de transporte, que operan con múltiples sistemas heterogéneos, están adoptando plataformas low-code para mejorar la eficiencia operativa y la visibilidad en toda la cadena de suministro1.

Estas plataformas facilitan la conexión de sistemas dispares, incluidos aquellos sin una API moderna, mejorando el intercambio de datos entre sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP), de gestión de almacenes y de gestión de transporte.

Un ejemplo de ello es una solución desarrollada con low-code que vincula un sistema de gestión de transporte con una aplicación de gestión de conductores, permitiendo la programación y el seguimiento en tiempo real. Esto proporciona a los equipos la capacidad de anticipar retrasos, comunicar cambios de estado instantáneamente y coordinarse con otros socios de transporte para una gestión eficiente de las entregas, eliminando la necesidad de consultar múltiples sistemas para estos procesos.

Ante el potencial de estas plataformas, no resulta sorprendente que dos de cada tres empresas ya las utilicen, según KPMG2, ni que el mercado mundial de estas tecnologías estimado para 2024 ronde los 32.000 millones de dólares. Además, se espera que, en 2026, los desarrolladores fuera de los departamentos formales de TI constituyan al menos el 80% de la base de usuarios de herramientas de desarrollo de bajo código, mientras que en 2021 suponían solo el 60%3.

 

Mayor adaptabilidad y menos costes Las sencillas interfaces de desarrollo de las plataformas de bajo código, que suelen incluir la posibilidad de “arrastrar y soltar” elementos preconstruidos (desde mapas interactivos a botones de notificación), permiten diseñar e implementar plataformas de manera fácil y rápida incluso para personas con conocimientos técnicos limitados.

Al eliminar la necesidad de una codificación extensa, las empresas pueden reducir los costes asociados con el desarrollo de software, ya sea en términos de mano de obra o inversión en herramientas y plataformas complejas. Esto hace que el desarrollo de aplicaciones sea más accesible para organizaciones como las pymes, que cuentan con recursos limitados.

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