La gestión ágil de la innovación en 'startups'
Marta Domínguez
Business Review (Núm. 232) · TIC · Marzo 2014
Cuenta la historia que en 1879 hicieron falta, al menos, 700 ideas y otros tantos proyectos para obtener la primera bombilla incandescente que, de forma eficaz, podía iluminar una habitación. Se creó así un nuevo mercado industrial en torno al consumo de la electricidad. Más de ciento treinta años después, gracias a la tecnología e Internet, el personaje del inventor innovador tiene unas estadísticas de rédito de éxito (proporción de resultados óptimos versus el esfuerzo y los recursos invertidos) algo más amables. En EE. UU., por ejemplo, entre los que trabajan en el sector de Internet se dice que son necesarias 100 startups, creadas por emprendedores en la oscuridad de un garaje cualquiera, para que una sola tenga éxito. Esa única startup que funciona tendrá una importante facturación y logrará posicionarse en un mercado en crecimiento. Aunque este dato puede variar, una buena aproximación utilizada, entre otros, por la Fundación Kauffman para el emprendimiento en EE. UU. es pensar que la startup alcanza el soñado éxito al facturar 100 millones de dólares.
Lo primero son las ideas que crean mercados Edison hubiese accedido encantado a trabajar en un entorno que reducía por siete la incertidumbre de su trabajo en la innovación. Pero, aun así, nadie quiere ser una de las 99 startups que deben desaparecer del mercado "por el bien de la innovación". La startup es una forma temporal de empresa, una especie de crisálida, cuyo objetivo vital es el lanzamiento de un nuevo modelo de negocio empresarial o la creación de un nuevo mercado. La crisálida se convierte en mariposa cuando el plan funciona: la startup crece y adopta una estructura organizativa y operacional similar a la que se emplea en la gestión de una empresa para atender grandes volúmenes de mercado. Si el plan no funciona, el destino de la startup-crisálida también está claro: la startup cesa la actividad y anula la transformación en empresa.
¿Qué ideas innovadoras debe concebir el fundador de una startup en el amplio dominio de la innovación? ¿Cómo sabe el emprendedor e innovador dónde poner su prioridad? Para empezar a despejar dudas, podríamos pensar en recurrir al modelo de los cuatro tipos de innovación que enseñan los libros de gestión empresarial, y que establece cuatro fuentes principales de innovación en la empres...
Marta Domínguez
Profesora de Innovación en IE Business School ·
Marta Domínguez es profesora adjunta de innovación y tecnología en IE business school y ejerce como consultora de negocio en i-Thread Consulting. En los años iniciales del despegue de Internet trabajó en proyectos técnicos de conectividad de Internet como ingeniera software. Más tarde en la planificación de nuevos servicios basados en el móvil como ejecutiva de producto B2B. Trabajó en grandes multinacionales tecnológicas y de telecomunicaciones en Bélgica, Holanda e Inglaterra además de España. El foco de su trabajo siempre ha estado en trasladar la tecnología a productos o modelos de negocio innovadores. Ya sea de la mano de startups de base tecnológica o grandes empresas. Esta ingeniera de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid cursó un programa de alta dirección en IE Business School. Ha sido juez en diversos programas de innovación y emprendimiento, uno de ellos es Diamond Challenge de la universidad de Delaware (USA).
Escribe sobre innovación desde la perspectiva de la transformación digital, las tecnologías de Internet y los datos en su blog El hilo de innovación: www.the-i-thread.com
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