El control de costes, la digitalización, la automatización de la gestión o la sostenibilidad son solo la punta del iceberg de los retos que se avecinan en la cadena de suministro y el control de inventarios. El sector se adentra en un futuro plagado de cambios y nuevos paradigmas.
Seis tendencias tecnológicas para revolucionar las operaciones logísticas
GI
Gabriel Izard
Business Review (Núm. 345) · TIC · Junio 2024
La cadena de suministro y la gestión del inventario siempre han sido claves para las empresas del sector primario, la industria de transformación y las distribuidoras, y ahora lo son todavía más si cabe. En la ya lejana economía medieval, los mercados atraían vendedores y compradores en un lugar físico concreto bien ubicado entre caminos, facilitando el acceso y almacenaje de mercancías a los vendedores y compradores de alimentos, ganado o cualquier otra mercancía. La logística era muy simple, limitada a la gestión del inventario del almacén situado cerca de la parada o tienda. El transporte era crítico (como lo es ahora) en una sociedad con muy pocas infraestructuras y pocos medios para suministrar rápidamente los productos que se demandaban y se querían comercializar, por lo que el stock estaba muy sobredimensionado si lo miramos bajo la prospectiva actual. Por ello, los mercaderes tenían un gran poder económico para hacer frente al gran volumen de activos que exigía su actividad.
Con la Revolución Industrial, todo se aceleró, y la producción en cadena hizo que los sistemas económicos iniciaran una búsqueda cuasi permanente para aumentar la productividad y la eficiencia de los sistemas productivos y distributivos. El capital se concentró en los sistemas productivos industriales, buscando la rentabilidad a través de la inversión en tecnología y la obtención de productos de calidad con unos precios imbatibles para una competencia que careciera de unos medios productivos eficientes.
Ahora, con la revolución digital, el grado de automatización ha alcanzado hitos impensables hace solo unas décadas. Recordemos que el primer PC apareció en los años setenta del siglo pasado, hace poco más de cincuenta años. Con el uso de tecnologías y la digitalización, los niveles de productividad de la cadena de suministro y gestión de almacenes son muy elevados, y las dificultades de mejora vienen más por elementos externos, como los condicionantes ligados a las infraestructuras y a unas tendencias económicas muy marcadas por la geopolítica.
La globalización ha hecho que la logística se convierta en uno de los principales sectores económicos a nivel mundial. Cada año crece a pasos agigantados, mueve cifras estratosféricas, e incluso se ha posicionado entre los primeros en términos de creación de empleo.
El propósito de la cadena de suministro
¿Qué es la cadena de suministro actualmente? Consiste en un amplio ecosistema de entidades interconectadas que gestionan los flujos físicos de bienes y mercancías, respondiendo con responsabilidad a las necesidades económicas y sociales que los demandan. Arranca en el momento de la extracción u obtención de materias primas y termina con la entrega del producto final al consumidor.
A lo largo de todos los pasos de la cadena intervienen actores muy diversos. Cada paso está ligado al anterior y al siguiente mediante procedimientos que exigen una gran dosis de coordinación. Aunque no lo parezca, las decisiones de coordinación están supeditadas a la presión que los ejecutivos tienen internamente, por lo que la relación con los demás no forma parte, necesariamente, de las prioridades. Coordinarse con otros requiere un alto nivel de confianza, lo cual puede llevar a opciones no siempre beneficiosas para todas las partes. Por eso, las actividades de enlace en la cadena de suministro plantean múltiples opciones.
El objetivo es que el producto final llegue satisfactoriamente (por calidad y coste) a manos del usuario o consumidor. Los recursos humanos gestionan el encadenamiento de los eslabones, conectados por medios e instalaciones. Los recursos digitales, que hoy en día son imprescindibles para obtener los mejores resultados con la máxima eficiencia, facilitan y automatizan la gestión.
El propósito de la cadena de suministro es la plena satisfacción de todos los participantes. Hoy en día se exige la consecución de cinco objetivos clave:
1. Realizar la entrega final en la cantidad, calidad, lugar y momento acordados.
2. Ajustar los tiempos de cada uno de los pasos y el enlace entre ellos para reducirlos al mínimo y al menor coste.
3. Otorgar acceso a la información del flujo y los movimientos a todos los participantes en los procesos de la cadena cada vez que sea requerido.
4. Resolver cualquier imprevisto o incidencia en el mínimo tiempo posible.
5. Hacerlo todo con el máximo respeto al medio ambiente, utilizando indicadores y siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas que impactan directamente en las cadenas de suministro, que incluyen las áreas de agua limpia y saneamiento; energía asequible y no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura; ciudades y
comunidades sostenibles; producción y consumo responsables; acción por el clima; vida submarina; vida de ecosistemas terrestres, y alianzas para lograr los objetivos.
Desafíos y tendencias
A raíz de la pandemia de la COVID-19, la inflación y los cuellos de botella en el suministro de ciertos productos a los países desarrollados, el mundo ha tomado conciencia de la importancia de la logística y la inestabilidad del entorno geopolítico. Las cadenas de suministro afrontan una serie de retos importantes:
• Dificultades en la obtención de productos en origen.
• Problemas en el transporte marítimo y aumento del tiempo de navegación.
• Incremento del precio de transporte y escasez de conductores de camiones.
• Precios inestables de los carburantes.
• Aceleración en la digitalización de las cadenas de suministro.
• Nuevas necesidades en recursos humanos con capacidades digitales.
• Aumento de las exigencias de la demanda.
• Retraso en la creación de nuevas infraestructuras para mejorar el transporte, especialmente en el ámbito ferroviario.
• Frenos culturales para la colaboración enfocada a la reducción de la emisión de gases con efecto invernadero y otras medidas favorables al medio ambiente.
En el ámbito tecnológico y de innovación, se observan grandes tendencias relacionadas con la gestión y la utilización de recursos gracias a las tecnologías digitales, que abarcan tanto los equipos físicos (desde robots a dispositivos con sensores) como el software de optimización de los flujos físicos y de datos, con capacidad para predecir tendencias y anticipar las necesidades de la gestión logística y de stocks.
1) Utilización de la robótica. La robótica puede acelerar enormemente el proceso de entrega de los pedidos, aliviando el trabajo de los empleados para que se dediquen a tareas menos repetitivas y más estratégicas.
2) Toma de decisiones basada en datos con IA y análisis avanzados que ayudan a los recursos humanos a tomar decisiones anticipándose a eventos futuros de forma fácil y segura.
3) Automatización de tareas físicas y administrativas, como la gestión de rutas y el encaje entre pedidos y facturas.
4) Integración de sistemas y módulos de software independientes a través bloques de creación capaces de interpretar y utilizar datos visibles a lo largo de la cadena.
5) Utilización de sensores y dispositivos para el Internet de las cosas (IOT) rastreando los flujos físicos, optimizando sus movimientos y anticipándose a posibles problemas.
6) Simulación digital de la cadena de suministro, con herramientas que anticipan escenarios posibles y buscan soluciones ante retos inesperados que se pueden implantar para proteger las operaciones de la cadena de suministro en las entregas, el inventario o el transporte.
Influencia de la geopolítica
El mundo está en permanente cambio, y las perturbaciones entre países afectan a la cadena de suministro. El mundo polarizado va moviendo sus centros productivos basándose en criterios tácticos y estratégicos que combinan los intereses económicos y políticos de las clases dirigentes potenciando sus puntos fuertes por un lado y por otro, aspirando a mitigar los efectos negativos de los conflictos económicos, bélicos y relacionados con el medio ambiente.
Su nivel de desarrollo tiene una gran importancia en las decisiones. El debate entre apertura y proteccionismo va y viene en función de la evolución política y social de los distintos Estados. La guerra en Ucrania o en Gaza tiene un impacto enorme, difícilmente cuantificable a medio o largo plazo. Al igual que sucede con los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero, cualquier esfuerzo para mitigar los resultados negativos es bienvenido por la población.
Hay muchas maneras de aplicar políticas de protección y de apertura. Por ejemplo, la política industrial en Europa potencia la economía estratégica abierta en la transición hacia la economía verde y digital. En cambio, en China y Estados Unidos, las cosas son algo diferentes, y se potencia la relocalización, o vuelta a casa de la industria. La iniciativa Made in China 2025 subvenciona industrias específicas, dando lugar a la doble circulación de productos, con el objetivo de reducir la dependencia externa a través del aprovisionamiento interno con empresas locales.
También en Estados Unidos, durante el gobierno de Trump, se comenzó a proteger las industrias del acero y el aluminio; se supone que por motivos de seguridad nacional. Con la Ley CHIPS y la Ley de reducción de la inflación, Estados Unidos introdujo también subsidios para relocalizar la producción de semiconductores. Además, se legisló sobre vehículos eléctricos para potenciar la producción interna.
Rediseño de la cadena de suministro
Las empresas implantan sistemas digitales con medidas directas que apuntan al rediseño de la cadena de suministro en todos los ámbitos que repasamos a continuación.
¿Cómo replantear la cadena de suministro para mejorar los detalles que frenan la eficiencia? Mas allá de las posibilidades reales que ofrece el territorio y sus infraestructuras de comunicación y para el transporte multimodal, que inciden sobre la ubicación de los centros logísticos de cada eslabón de la cadena, las inversiones se orientan ahora hacia la mejora del transporte y hacia la gestión de inventarios, controlando los niveles para no caer en un exceso de inmovilizado que pueda poner en riesgo a la compañía, a la vez que se invierte en tecnología.
Encaja también la tendencia hacia la diversificación del número de proveedores, combinando la proximidad y los mercados lejanos para responder tanto a urgencias como al reaprovisionamiento a largo plazo. Esta estrategia apunta a la reducción de inseguridades de suministros para responder a las necesidades del siguiente eslabón de la cadena, ya sea propio o del cliente.
Aumentar el número de proveedores tiene también que seguir una estrategia adecuada a los tiempos actuales, y, por ende, una nueva cobertura de suministro sólida requiere tiempo y no está exenta de riesgos, sobre todo en temas ESG.
Cada día que pasa es más importante que las empresas den la respuesta adecuada en el área de ESG. La sociedad y el consumidor exigen a las empresas que se comporten adecuadamente y demuestren con hechos sus compromisos para evitar que se las califique de greenwashing, es decir, de únicamente comunicar que se comportan bien en estos aspectos. Por ejemplo, cualquier eslabón de la cadena de suministro debe tener en cuenta la necesidad de orientarse hacia la reducción de emisiones de CO2, desperdicios y consumo energético, así como a la utilización de energías sostenibles.
Con el enfoque hacia nuevos proveedores del sudeste asiático, como Vietnam, Tailandia, Camboya y también India, aumenta la necesidad de velar con mucha atención por el cumplimiento de las buenas prácticas en los ámbitos citados de ESG.
Se trata de entender y asimilar el gran cambio en la forma de pensar: del low cost al cost/sustainability y cost/efficiency, incluyendo los costes de la cadena de suministro, medioambientales y de gobernanza, así como el control de riesgos.
La cadena de suministro se adapta a los sistemas de producción y fabricación automatizados para avanzar en la resiliencia y mejora de la eficiencia y la calidad del producto. Por eso, se acelera el proceso de transformación industrial hacia procesos de producción más flexibles y un enfoque hacia una cadena de suministro mucho más resiliente y eficiente en la era pos-COVID-19
La digitalización y la existencia de enormes bases de datos hacen posible tanto el desarrollo del mantenimiento anticipado de todos los elementos de la cadena de suministro a través del intercambio de información en tiempo real con los centros de mantenimiento como la reducción de los tiempos de reparación o mantenimiento.
Almacenes automatizados e inventario
Las empresas detallistas están obligadas a automatizar sus sistemas logísticos para seguir compitiendo y enfocando sus nuevas propuestas al cliente y consumidor, sabiendo que la logística puede soportar sus iniciativas. Tomando como ejemplo las implantaciones de los centros logísticos de la cadena líder de la distribución de productos de gran consumo en España (Mercadona), podemos seguir los aspectos más relevantes de la automatización de almacenes y gestión de inventario.
Los SGA (o softwares de gestión de almacenes) requieren un profundo conocimiento del negocio que utiliza el almacén. Por lo tanto, la tecnología combinada (robots, inteligencia de datos, gestión del transporte, indicadores de calidad en la gestión del inventario, sistema energético sostenible, etc.) está al servicio de la política de la empresa frente a sus clientes, proveedores, recursos humanos y el entorno social. La eficiencia será la que aporte un ajuste de costes para seguir trabajando y que los márgenes comerciales den como resultado unos precios atractivos para el consumidor.
El uso de los datos empieza por la identificación de la unidad básica de almacenaje en la entrada y salida. ¿Por qué? La entrada de productos en los muelles de descarga se realiza con unidades paletizadas de cajas que deberán separarse en el proceso de picking para componer los palés de salida con un mix de productos que responde al pedido de la tienda. Las medidas y el peso son datos imprescindibles para la gestión del almacén, por lo que todas las referencias pasan por el control inicial que confirma estos datos.
Con más de ciento veinticinco mil metros cuadrados de extensión, el almacén de Mercadona en Abrera (Barcelona) da servicio a más de doscientas treinta tiendas. Inaugurado en 2013, gestiona con datos permanentemente actualizados la previsión de la demanda y el inventario, procesando los pedidos de las tiendas y orientando a los proveedores para que los sistemas de transporte de entrada y salida den la respuesta que necesita el destino final.
Aplicando el principio de que la tienda no tiene stock, y, por lo tanto, son necesarias entregas diarias de varios camiones, se pueden calcular las necesidades de entrada y stock del almacén. La zona de productos de alta rotación, como los frescos (frutas, verduras, carnes, lácteos refrigerados, etc.), se vacía diariamente, mientras que la de productos “secos” se extiende un poco más: desde un par de días hasta una semana, según su rotación.
El almacén tiene dos operaciones automáticas clave: la separación de las cajas de los palés recibidos y la composición de nuevos palés mixtos para la salida. Los robots de separación “saben” manipular las cajas para depositarlas en la cinta transportadora, con la correspondiente bandeja que asegura su movimiento hasta los robots de preparación que montan los nuevos palés para la salida, empezando por los productos más pesados y ubicando los más ligeros en la parte superior. La intervención humana es únicamente de control y mantenimiento en este almacén con capacidad para 75.000 palés, y, aun así, los más de veinte mil palés movidos al día requieren casi mil trabajadores.
En el caso de las cadenas de distribución como Mercadona, esta automatización de los almacenes y la gestión del inventario es clave para optimizar el servicio al cliente final. Se trata de evitar a toda costa la rotura de stock. Sería una pérdida directa que afectaría a la cifra de ventas y una razón para la pérdida de confianza del consumidor. Conseguir la eficiencia de esta gestión es fundamental para la competitividad de la empresa.
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Gabriel Izard
Profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona y de UPF Barcelona School of Management ·
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