Buscando respuestas

Como sector, estamos constantemente buscando el next big think. La fórmula que nos permitirá conseguir ese resultado que necesitamos. Certezas que iluminen el camino y estrategias que aseguren el éxito. Buscamos y buscamos ese qué, cuando, en realidad, la respuesta está en el cómo.

En nuestro mundo rodeado de anglicismos, las soluciones no entienden de idioma o cultura y son universales. Se basan en empatizar y entender a nuestros públicos, crear valor real, y no fuegos artificiales efímeros. Construir relaciones y vínculos basados en la credibilidad, en la confianza…, en la utilidad. Tan fácil y complicado a la vez.

El engagement no es otra cosa que asertividad. Pensar en la otra parte y tener un interés real en entender su situación, ver qué podemos aportar y cómo contribuir desde nuestro lado. Según la última edición de Meaningful Brands, de Havas Group, el 71% de la población está cansado de las promesas vacías de las marcas, y menos del 47% de las marcas merece su confianza, según los resultados internacionales del estudio.

El titular ya no vale, se queda corto. Ahí está nuestra oportunidad. En ser y hacer desde la autenticidad, porque el respeto no se tiene, se gana. Por todo ello, las estrategias que creemos deberán tener relación con nuestra realidad interna, propósito, función o actitud como compañía. Acercándonos a territorios en los que podamos sumar y hablar desde el conocimiento o desde un rol que se nos reconoce.

Estrategias que, más que nunca, deberán ir de la mano de una buena activación. Cuidar los pequeños grandes detalles, ahí está la clave. Activar y conectar de forma coherente, consistente y recurrente en el tiempo. Los one shots se olvidarán rápido, y los trending topics se acumularán en los contadores pasajeros. Las personas quieren y merecen experiencias significativas, tienen poco tiempo y atención, y cada vez son más conscientes de ello. Dejemos de tratarlos, como consumidores, como un fin y empecemos a verlos como un medio. Un aliado en un escenario win-win en el que todos podemos beneficiarnos mutuamente. Y esa construcción a medio plazo nos podrá traer incluso los resultados que necesitamos hoy a corto plazo. La amplitud de mirada no está reñida con las exigencias del imprescindible retorno.

Evolucionamos del consumer centric al audience centric. Construimos, compartimos y creamos audiencias alrededor de proyectos que deben generar esas respuestas, comentarios, shares e interacciones. Y es que el engagement no se crea, se provoca. Es un acto bidireccional. El de un emisor que lanza un proyecto, un mensaje, una idea, con el objetivo de conectar con sus públicos, a los que quiere convertir en audiencias, para que a estas les resuene, guste, emocione, inspire o lo recuerden como experiencia significativa.

Buscamos respuestas, interacciones, reacciones, señales que nos muestran que hemos sintonizado la frecuencia correcta. De nuevo el cómo lo hacemos será más relevante que el qué hacemos. Un efecto que se consigue pensando en grande, empezando en pequeño y escalando rápido. Un mantra que nos permitirá asegurar la viabilidad y realidad de nuestro proyecto. Con una visión holística de todo el proceso que combina estrategia y activación.

En consecuencia, la tecnología o el formato de nuestra iniciativa siempre deberán estar al servicio de la estrategia, y no querer ir por delante. La tendencia será una ola que surfear, y no un objetivo a perseguir. La tecnología y los formatos son herramientas para conseguir el efecto deseado, no atajos ni soluciones mágicas. Por ello, ahora, más que nunca, es imprescindible conocer todas las posibilidades en profundidad, para tener ese abanico completo de opciones que nos permitan diferenciarnos y potenciar nuestros mensajes elevando su potencial al máximo nivel.

Las estrategias más eficientes serán aquellas que aporten realmente en ambas direcciones y se basen en relaciones de confianza, en la honestidad y en crear buscando el bien común. Es posible. No es una visión naíf, y cuando se consigue, genera una energía imparable, se contagia, y los engagements rates suben por las nubes.

Las compañías tienen que convertirse en valiosas y relevantes dando soluciones a la realidad más cercana de las personas, tangibilizando su mensaje. Creando grandes proyectos de comunicación, campañas y contenidos que se compartan y generen debate social, enganchen y encanten. Meaningful brands que consigan crear ese puente y conexión. Volviéndose anfitrionas de la experiencia, participando, observando, influyendo e interviniendo, pero sin molestar.

Marcas que, al buscar, encuentran respuestas.