Innovación tecnológica y pensamiento creativo: la tecnocreatividad al servicio de los viajes

Los últimos dos años nos han mostrado la importancia de saber adaptarse a las circunstancias cambiantes. Tras los meses más duros de la pandemia, la distancia social concluyó en un acercamiento digital y, con él, el auge de la tecnología. En el caso de los viajes, la industria ha tenido la capacidad de superar esa situación de gran incertidumbre adaptándose a los nuevos requerimientos del viajero, un consumidor mucho más exigente y que busca una experiencia personalizada a través de la tecnología. Las compañías que han sabido adaptarse con mayor agilidad a este nuevo entorno, y que han empleado el tiempo de la pandemia en adelantar a sus competidores, son las que prosperarán más fácilmente.

Un área en constante cambio es el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), que, unida a una reinvención constante de los procesos creativos de desarrollo de producto, ha logrado una personalización de los viajes como nunca se había visto. Entre otras cosas, la IA hace posible la creación de propuestas de viaje basadas en millones de predicciones que realizan a diario los algoritmos sobre el tipo de servicio y producto que mejor se adapta a cada viajero, lo que permite ahorrar esfuerzo, tiempo y dinero.

En ese contexto, otro factor fundamental es el reclutamiento de perfiles con un extenso conocimiento técnico y que son, a la vez, cerebros creativos apasionados por los retos. Desafiados a trabajar en proyectos de alto impacto, han desarrollado productos disruptivos bajo el paraguas de la tecnocreatividad: el uso de la tecnología al servicio de una idea. Este camino de la disrupción de la mano del mejor talento es fundamental en el mundo de los viajes, uno de los mayores sectores económicos a nivel global, valorado en 1,3 billones de euros.