Más que una tecnología disruptiva

En los últimos años se ha hablado mucho sobre si blockchain es realmente una tecnología disruptiva o un tema de moda, pero ese análisis sería muy superficial, ya que blockchain es, probablemente, más que una tecnología disruptiva.

El valor que aporta este modelo de intermediación tiene un impacto elevado en sectores como el financiero, con un nuevo orden descentralizado o ayudando a detectar más eficientemente el fraude; el mundo jurídico, sustituyendo los contratos tradicionales por los contratos inteligentes, o a través de la firma digital y la verificación de la identidad; o la logística, automatizando los procesos de gestión documental, eliminando intermediarios… Una amplia lista con elevadas aplicaciones en muchos más sectores. A pesar de ello, las dudas que se generan acerca de si realmente su uso será masivo o no, quizá vengan por lo intangible de esta tecnología a los ojos de los usuarios y por la velocidad de desarrollo y expansión de sus soluciones. Quizá es una cuestión de expectativas.

Concretamente, en la industria de la publicidad, otro sector en el que blockchain puede tener un impacto de alto valor, este tipo de bases de datos empezaban a perfilarse como una solución muy conveniente para los problemas de transparencia y seguridad. Y muchos de los que trabajábamos con soluciones basadas en datos vemos cómo esta tecnología puede ser una solución ideal para muchas limitaciones o problemas que han empezado a surgir, principalmente, en torno a la seguridad y transparencia en las cadenas de valor. En definitiva, es una solución para dotar de confianza a un ecosistema que la estaba perdiendo.

En nuestro caso, los avances se ven cercanos y recientes: uno de los líderes tecnológicos de verificación publicitaria adquiría a principios de este año una compañía con soluciones de blockchain para garantizar la transparencia del gasto publicitario. Un claro avance en tangibilidad y velocidad que, quizá, nos ayude a disipar esas dudas.